domingo, 15 de agosto de 2010

EL TURISMO Y LA RECREACION EN EL MARCO DEL TIEMPO LIBRE

VICENTE NEVÁREZ ROJAS
                                                                      
Aunque no son muchos los lugares de esparcimiento disponibles en nuestras ciudades, no es menos real que existen aquellos elegidos por quienes prefieren alternativas no convencionales como los de naturaleza para recrearse y, aprovechar entonces, fortalecer la unión familiar o de amistad.
Es posible que estas preferencias respondan a factores de formación o de valoración frente a un deterioro social que se quiere frenar, y siempre se podrá tener un esparcimiento dentro de ciertas comodidades sin llegar a exageraciones, pero es indiscutible que el espacio donde tales actividades se dan, no es asequible sin un mínimo de esfuerzo económico.
El hombre urbano en contraposición del hombre rural, es quien mejor manifiesta la necesidad de disponer de tiempo liberado de las obligaciones cotidianas y rígidas a las que se encuentra irremediablemente sometido, pues trabajar, estudiar, transportarse, entre las prevalecientes, son consustanciales a su existencia citadina.
Siempre nos preguntaremos si es verdad que el tiempo libre a disposición del individuo se ejerce a plenitud o lo usa éste como mejor se le antoje. Los propósitos que pudiera tener son frenados frente a la realidad de contar con un ingreso que sólo permite costear las necesidades básicas que no da margen para gastar en recreación y, menos aún, en turismo.
Se reitera permanentemente sobre la necesidad de mejorar las condiciones de vida de los sectores populares o empobrecidos, insistiendo en que la mejor vía es la de incrementar el crecimiento económico para poder generar los recursos que permitan cumplir con la mayor parte de la población, pero muy poco se hace para que entre las prioridades básicas elementales del ser humano se considere a la recreación y el turismo.

“Los políticos de América Latina hacen comentarios, cada vez con mayor entusiasmo y frecuencia, sobre la función social del turismo y de la recreación. Se dice entre otras cosas que es un derecho legítimo de las clases trabajadoras, que es complemento ineludible de la actividad laboral, que los gobiernos se preocupen por integrar a todos los ciudadanos al fenómeno turístico, tomando como punto de partida a las mayorías y que el objetivo básico del turismo social es que todos puedan participar de la actividad turística. Pero desdichadamente en los hechos muy poco de esto se concreta, porque estas declaraciones no están respaldadas por una política integral respecto al uso del tiempo libre.” (Roberto C. Boullón)

Es necesario reivindicar el valor al uso del tiempo libre, definiendo al ciudadano como sujeto del desarrollo deportivo y recreativo en función de sus legítimas necesidades y anhelos para el logro de una mejor calidad de vida y goce de vivencias.